Las volantas, una medida desesperada que sólo podría inhibir a la delincuencia a corto plazo, advierten especialistas
El regreso de las columnas de seguridad a la Zona Metropolitana de Guadalajara, parece más una medida desesperada de las autoridades ante el recrudecimiento de la violencia y no son una solución de fondo, consideraron académicos de la Universidad de Guadalajara, expertos en seguridad, que enfatizaron que el riesgo de violaciones a los derechos humanos, es latente, como lo demuestran las experiencias previas de implementación.
El doctor Arturo Villareal Palos, investigador del Departamento de derecho Público del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), apuntó que esta medida no es nueva y ha probado su ineficacia a largo plazo, sin embargo, podría servir para inhibir a los delincuentes al menos durante los últimos tres meses del gobierno federal y estatal en Jalisco.
“Ese tipo de operativos no pueden durar mucho, por el costo que implican, la distracción de recursos, la focalización, porque se habló de que habrá policías federales, municpales y ejército, todos juntos. Lo podrán sostener los tres meses que quedan de gobierno, pero no en plazo prolongado. Implican cubrir un punto y dejar descubierto otro”, afirmó Villareal Palos, integrante del cuerpo académico de Derechos Humanos y Estado de Derecho.
Luego del asesinato de cuatro policías de Guadalajara y dos de Zapopan, el Gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz, anunció el 5 de septiembre la implementación de las Fuerzas de Reacción Inmediata Mixta, mejor conocidas como columnas de seguridad, o coloquialmente, volantas.
Serán integradas por dos patrullas militares, una patrulla de la Policía Federal, otra de Movilidad y una más de la Policía municipal.
“Por un tiempo, si pueden disuadir a que gente armada circule por la ciudad, pero si hablamos de delincuencia organizada, con arsenal, tienen muchas maneras de informarse de lo que sucede y seguramente no van a pasar por un punto de revisión. Sólo van a cambiar su táctica de operación por un tiempo”, estimó Villareal Palos.
El maestro Gabriel Abelardo Mercado Barrera, asesor de la Licenciatura en Seguridad Ciudadana del sistema UDGVirtual, manifestó que estas volantas en realidad nunca han dejado de implementarse en distintas épocas.
“Como acción de estrategia integral se queda bastante corta. La seguridad tiene muchas causas y sí parece una medida desesperada, para intentar calmar a la opinión pública por las lamentables muertes de los compañeros policías”, apuntó el catedrático de la materia de “Análisis del Sistema de Seguridad”.
Y agregó: “A lo largo de la historia quedó demostrado que no solucionan gran cosa estas revisiones. Quizá pudiera inhibir a corto plazo estas conductas, por la cuestión mediática, y la delincuencia toma otras estrategias para estar más alertas, pero al mediano y largo plazo realmente no hay resultados contundentes”.
Villareal Palos, añadió que estas columnas de seguridad entran en un “terreno resbaladizo” jurídicamente hablando.
Detalló que aunque la Comisión Nacional de Derechos Humanos promovió una acción de inconstitucionalidad contra esas disposiciones, porque podría abrir la puerta a arbitrariedades, el Código Único de Procedimientos Penales posibilita la inspección de personas y vehículos, sin autorización judicial, en casos de flagrancia o cuando hay indicios de que alguien oculta objetos relacionados con delitos.
Además la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió una jurisprudencia que permite revisión cuando exista “sospecha razonable u objetiva de que se comete un delito”.
“Aquí es donde entramos en el terreno resbaladizo. La misma Corte ha dicho que la sospecha razonable debe venir de datos objetivos y un vidrio polarizado no es un dato objetivo. Tampoco que aparentemente quiso huir. De acuerdo con la corte esos elementos subjetivos no justificarían una revisión”, dijo Villareal Palos.
Y consideró que estas medidas, que no son inéditas, abren la puerta a la arbitrariedad:
“Para lo que ha servido es para extorsionar a la gente más desfavorecida, La gente tiene miedo de ser extorsionada sin deberla ni temerla. He visto policías que detienen carros que se están casi cayendo, ahí tienen a los muchachos registrándolos, pero cuando pasa una camioneta suburban de vidrios oscuros, no crea usted que la paran”.
Consideró que será importante la debida capacitación de quienes participarán y claridad en los protocolos para determinar cuándo existe esa sospecha razonable.
“Yo lo veo más como un acto de desesperación, que como una planeación que se pudo haber hecho hace seis años. Es un mejoralito momentáneo. Algo que dura uno o dos meses”, concluyó Villareal Palos.
Número de Boletín: 261
Texto: Julio Rios
Fotografía: Internet