Intelectuales analizaron los desafíos a la libertad en los países de América Latina
Reunidos en el Paraninfo Enrique Díaz de León, de la Universidad de Guadalajara, intelectuales y académicos coincidieron que es necesario debatir para identificar a los gobiernos populistas de América Latina y defender las instituciones y las democracias.
En la primera mesa de diálogo titulada “La desilusión liberal: comprendiendo el descontento con la democracia”, el historiador Enrique Krauze afirmó que los escenarios democráticos no han sido favorables en los países de América Latina (AL) con la irrupción de los fundamentalismos religiosos y, posteriormente, con la aparición de regímenes populistas de izquierda y de derecha que utilizan a la democracia para acabar con las libertades.
“Es la era del hombre fuerte electo democráticamente para acabar con las libertades, y hay muchos ejemplos en la actualidad en Estados Unidos de América, Hungría, Israel, Brasil e Italia, y candidatos a hacerlo en muchos otros lugares”, recalcó Krauze.
El periodista Héctor Aguilar Camín afirmó que el gobierno mexicano tiene un impulso populista, pero es importante reflexionar hasta dónde lo es, la intensidad de su proyecto y en qué grado de evolución está.
Dijo que algunos elementos para identificar a un gobierno populista es que habla en nombre del pueblo y otras representaciones no lo son, además de que este tipo de gobernantes buscan apropiarse del Estado y de los tres poderes, y tienden a desdeñar los órganos autónomos en la estructura de sus respectivos países.
La investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Ana Laura Magaloni, dijo que para tener una democracia consolidada es importante que los ciudadanos tengan acceso a la justicia y a la correcta aplicación de la ley.
“La gran agenda perdida, la que nunca ha estado en nuestra democracia, se llama acceso a la justicia. México, a diferencia de muchos países de América Latina, nunca se ha preocupado por las condiciones de acceso. En México todo proceso judicial es complejo, largo y laborioso, y no hemos pensado en procesos en que la gente pueda presentarse sin abogado para tener un acceso a la justicia rápido e inmediato”, afirmó.
La Directora General de la organización “México, ¿Cómo vamos?”, Valeria Moy, cuestionó si el descontento con los ideales de la democracia está motivando los cambios políticos en diferentes países, o si sólo es una desilusión con las formas de vida cotidiana y con las aspiraciones de un país.
“Me parece que el descontento es al ras de tierra, con cómo vives, qué comes o si tienes casa o no, y que ves que alguien sí tiene oportunidad de futuro y sí tiene esa casa que tú no. Este descontento es más un enojo que no vamos a dejar de tener en años próximos y que están relacionados con la desigualdad, la corrupción y la impunidad, y que no hay recetas fáciles para terminarlas”, aseguró.
El ensayista y narrador Guillermo Sheridan afirmó que la única ruta que un país puede seguir es la democracia, pese a que sea un régimen que produce desilusiones, resentimientos y dolor entre la población de un país como México.
“Cómo no nos iba a producir descontento haber vivido desde la transición una democracia con ese nivel de torpeza y de incapacidad política, no sólo la incapacidad, sino a veces una especie de vanagloria estúpida en seguir propiciando la desigualdad y la corrupción, el racismo en nuestro pobre país”, aseguró.
El académico y exconsejero ciudadano del Consejo General del Instituto Federal Electoral, José Woldenberg, recordó que México fue capaz de desmontar un sistema autoritario y generar una germinal democracia al pasar de un sistema unipartidista a un auténtico sistema de partidos y a elecciones altamente competidas.
“Eso fue posible no solamente por la inercia, ni por el conflicto, que lo hubo, y mucho, sino por operaciones políticas que lograron, primero, integrar a fuerzas político-ideológicas marginadas del mundo institucional, luego creando nuevas instituciones para procesar la materia electoral y construyendo condiciones equitativas para la competencia”, agregó.
En la mesa llamada “La crisis del pluralismo político. ¿La libertad acorralada?”, el escritor y periodista Héctor de Mauleón declaró que los líderes contemporáneos que tienden al populismo tienden también a manipular la información y las estadísticas, y poseen un encantamiento chamánico con la población.
“Estos personajes suelen acompañar sus discursos de afirmaciones auto-verificantes, suelen decir que son la encarnación del pueblo, que ya no se pertenecen o que son la voz de los otros; el problema es que su idea del pueblo entraña a unas personas, y no a toda la población, y cuando seres libres expresan lo contrario, de inmediato son aplastados y atacados mediante distintos caminos”, dijo.
El Presidente de la Fundación Libertad en Argentina y Secretario General de la Fundación Internacional para la Libertad, Gerardo Bongiovanni, dijo que su país natal Argentina ha pasado de gobiernos populistas-peronistas a dictaduras, y la vuelta a la democracia como ejemplo del daño que pueden hacer los gobiernos no democráticos.
El Exsecretario de Relaciones Exteriores de México en el sexenio de 2000-2006, y profesor en la Universidad de Nueva York, Jorge Castañeda, dijo que los medios de comunicación son importantes para mantener la democracia, pero son los primeros en ser atacados por los gobiernos populistas, en muchas ocasiones mediante presiones para quitarles anunciantes o restarles credibilidad.
Aseguró que México perdió el poder de su intelectualidad y hoy los pensadores están obligados a cumplir una función de contrapeso del poder para recuperar la libertad de expresión.
El especialista en literatura mexicana y miembro de El Colegio Nacional, Cristopher Domínguez Michael, habló de las fallas de los gobiernos de los presidentes Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, quienes permitieron que se agudizara la crisis de seguridad, y al no difundir las reformas estructurales abrieron el camino para que triunfara la narrativa de Andrés Manuel López Obrador.
“El gobierno de Peña Nieto logró las reformas estructurales y logró ese momento de sosiego que fue el Pacto con México, y luego se retiraron a robar y a jugar al golf. Si ganó López Obrador el año pasado fue porque la gente creyó el diagnóstico que hacía de la situación del país y no le importó el remedio que se ofrecía desde los sexenios anteriores”, enfatizó.
Durante la tercera mesa de diálogo titulada “Las garantías de la libertad: las instituciones como contrapesos democráticos”, el ensayista y periodista peruano Álvaro Vargas Llosa, aseguró que no hay garantías plenas para la libertad en ningún país, pues cada sistema de gobierno tiene sus deficiencias.
“No hay garantías para la libertad, no las hay en ninguna parte del mundo; hay una lucha que hay que dar de generación en generación que nunca está ganada del todo, y que siempre puede ser susceptible de reveses, incluso en democracias más avanzadas de América Latina como la chilena o en Europa, como la española”, consideró.
El investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales en la UNAM, Roger Bartra, explicó que el populismo debe de tener tres componentes para ser posible en un país: una población proveniente de sectores tradicionales excluidos por la globalización, una modernización capitalista rápida y agresiva que genera un efecto de deslumbramiento entre los más pobres, y un líder carismático y autoritario que apela al pueblo con discursos emotivos y encabeza un movimiento que sobrepasa a los partidos tradicionales.
“El populismo es una expresión de cultura política alimentada por la ebullición de masas sociales, caracterizadas por un abigarrado asincronismo y que reaccionan deslumbradas contra los rápidos flujos de modernización; y esta situación describe en buena parte el triunfo de López Obrador en México”, aseguró.
El Exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío, destacó que es importante que la Constitución sea un instrumento de control y ordenación del ejercicio del poder, pero la sociedad no sabe cómo utilizar los instrumentos jurídicos para ello.
“Se habla de defenderse, de actuar en defensa de la libertad de prensa para prever lo que pueda hacer un gobierno, pero eso es una mala señal en el sentido de que esta sociedad no sabe cómo utilizar los medios jurídicos para contender contra el ejercicio del poder, más allá de la retórica de los derechos humanos. No veo a una sociedad empoderada jurídicamente”, destacó
El profesor de la UNAM, escritor y comentarista político, Federico Reyes Heroles enfatizó que la participación de la sociedad civil ha sido importante para la calidad y el proceso democrático del país y no se debe dejar de lado.
“A mayor autoritarismo, menor presencia de la sociedad civil, si no, pregunten cuántas organizaciones civiles o ciudadanas hay en Cuba. De alguna manera las organizaciones fueron rompiendo el monopolio que tenía el Estado mexicano y fue generando la información y apropiándose de ella, por lo que el diálogo con el gobierno era más rico y completo. Lo que veo es una expropiación de la información que tiene varias implicaciones, entre ellas, la descalificación de la sociedad organizada”, consideró.
La Directora General de Mexicanos Unidos Contra la Delincuencia, Lisa Sánchez, coincidió en que la sociedad civil mexicana ha sido importante para oponerse a las decisiones del gobierno mexicano y se ha movilizado para echar abajo algunas iniciativas que consideran son del marco de la Constitución, pero también no ha sido suficiente para borrar esta idea de polarización de la sociedad.
“Si la sociedad civil ha sido uno de los pocos espacios donde se han podido orquestar vías organizadas de participación social, política no tradicionales, la sociedad civil también ha fracasado estrepitosamente en la creación de una narrativa que sea capaz de contrarrestar esta falta de idea de desesperanza y abandono, y que nos permita imaginar un país fuera de la dicotomía de los fifís contra los chairos”, puntualizó.
Número de boletín: 119
Texto: Mariana González
Fotografía: Fernanda Velázquez